Poblaciones Obreras

A principios del siglo XX Santiago llegaba hasta la actual calle Rondizzoni, y muchas industrias (la fábrica de sacos, la central de leche, las maestranzas de Famae, las textiles Yarur y Sumar) se levantaron en los potreros al sur de esa calle; la mano de obra llegaba del campo y se establecía en callamperíos cercanos.

Viendo esto, primero el gobierno, luego los sindicatos y finalmente los patrones, se preocuparon de levantar poblaciones equipadas para los obreros en lugares cercanos al trabajo.

La población Arauco se levantó en terrenos del Club Hípico comprados por la Corvi en 1945. El conjunto cuenta con zona de juegos, plaza y consultorio. Además, tiene una piscina para los vecinos, lo cual es muy adelantado para la época. Se dice que estos edificios están sobrecalculados, porque están intactos después de varios terremotos. Al fondo todavía se conserva una gran chimenea ya en desuso: era el horno para quemar la basura de la población.

La población Yarur, de la década de 1940, fue construida por la empresa textil para sus trabajadores, que llegaron a ser más de 5000, con la idea de que economizaran en transporte, vivieran en un lugar agradable y contaran con todos los servicios necesarios en el mismo barrio.

En esa época era normal para un obrero trabajar en una misma empresa toda la vida. Se salía del lugar de trabajo y los vecinos eran compañeros de faena, los hijos buscaban trabajo donde ya trabajaban los padres y las nuevas familias nacían de parejas que se habían conocido en la fábrica. Las grandes celebraciones eran el paseo anual a Cartagena de los trabajadores de la Central de Leche o la fiesta de San Juan (en honor a al dueño de la textil, Juan Yarur).

El deporte amateur consistía en campeonatos entre las empresas. No solo fútbol: Por ejemplo, Famae y Yarur contaban con selecciones de básquetbol femenino.

La población Huemul se construyó entre 1911 y 1918 por la Caja de Crédito Hipotecario, según el proyecto de Ricardo Larraín Bravo.

Son seis manzanas levantadas en torno a una plaza, de casas sólidas, de fechada continua y patio interior, destinadas a los obreros en una época en que lo común eran los cités. Las casas están construidas con bloques de cemento en reemplazo de los tradicionales adobes. La población contaba con dos escuelas (hombres y mujeres), capilla, biblioteca, asilo para madres solteras, maternidad y teatro.

Allí también se instaló la institución «Gota de Leche», que entregaba alimentos para los niños, y una sucursal de la Caja de Ahorros.